Viet Thanh Nguyen
Traducción: Gustavo Solórzano-Alfaro, 2019
¿Soy
el único a quien los recitales literarios le resultan aburridos? Por lo general
los evito. Luego tengo que salir de gira por un libro e intento no aburrir a la
gente. Aprendí a pensar en mí mismo más como un artista que como un lector.
Algunos
consejos para escritores que tienen que hablar en público:
1
No te pongás a la
defensiva ni creás que sos un escritor y que escribir es diferente a leer en vivo. He visto poetas
que dicen que las palabras impresas son las que importan, y entonces leen con
el mínimo nivel interpretativo. Los invito a hacerlo en privado, en sus propios
cuartos, porque escucharlos en público fue doloroso (para mí). Han olvidado que
la escritura, y la poesía, han sido actuadas a través de la historia porque son
también actos comunitarios, de cuentacuentos. Nos contamos cuentos alrededor
del fuego y leemos libros de otros antes de que existieran la radio y la
televisión.
Cuando le leo a mi hijo, no lo hago de forma monótona. Me esfuerzo. Hago voces. Cambio el ritmo y el volumen. Porque él es mi público y se emociona por el relato, por las palabras y los dibujos y por la interpretación en voz alta de esas palabras. Cuando ves de qué modo los niños se sienten atrapados por una lectura púbica, ves el efecto que puede tener una historia bien contada. Los adultos son más corteses y masoquistas y soportarán en silencio una lectura aburrida, pero no les hagás eso. No pensés solo en vos, sino en tu público, que es tu comunidad, que desea sentirse conmovida tanto por lo que has escrito por cómo lo compartís. Ellos quieren que actués.
2
Prepará un guion
en lugar de simplemente leer del libro. A mí también me gusta subir el puntaje
de la letra a 16 o a 18 para que sea más fácil leer. Otros escritores marcan
dónde acelerar o bajar la velocidad, cuándo bajar la voz o subirla. Cambiar el
volumen y el ritmo permite mantener al público enganchado. Copiá los hábitos de
los buenos oradores, sin importar su profesión.
3
Hacé contacto
visual con tu púbico.
No solo una o dos veces. Con regularidad. Esto ayudará a que el público se
mantenga involucrado.
4
No leás 20 o 40
minutos pegado al libro o monótonamente. Por favor. Pocas veces esto funciona.
¿Cuántas veces has disfrutado una lectura así? Este estilo solo funciona cuando
el lector tiene un magnetismo particular o talento actoral, o cuando son
leyendas y vamos a oírlos solo para reverenciarlos.
5
Considerá leer
fragmentos e insertarlos en un monólogo o en un asunto mayor. Imaginá de qué trata
esa historia o ese asunto. En los últimos dos años, por ejemplo, uno de mis monólogos
ha sido sobre inmigrantes, refugiados y sobre el arte de narrar. Me inspiré al
ver a Akhil Sharma leer solo fragmentos de las dos primeras páginas de su
novela. Las dividió en pequeñas piezas y fue insertando un poco de humor en
medio de sus descripciones sobre la agonía de escribir una novela corta. Fue
increíble verlo sacar risas de un material tan serio. Y no lo logró solo por
leer, sin por inventar otra historia. Aprendí mucho de verlo bromear, así que
trato de alivianar el tono. Esto alivia mi carga emocional y la del público, lo
cual no siempre es necesario o deseable, pero es una estrategia útil. (Y es la
que usan los satiristas al escribir.)
6
Si tenés suerte de
estar frente a un auditorio, bajá las luces para lograr que el público se
ponga a tono para una actuación. Aprendí esto de T.C. Boyle.
7
No importa cuán
grande o cuán pequeño sea el escenario. Sos un actor. Construí un personaje.
Estás dando un espectáculo, sea para cinco personas o para 50. Vinieron para
eso. Si solo quisieran leer tus libros se hubieran quedado en casa. Respetá su
tiempo.
8
Vestite, sea lo que
fuera que esto signifique para vos. Ropa vintage o chaqueta de cuero o
sombrero. Boyle luve como un roquero punk. Yo soy conservador y uso trajes,
casi siempre, o una chaqueta azul cuando la ocasión lo amerita.
9
Considerá ayudas
visuales.
Boyle tiene la ventaja de que sus obras han sido adaptadas en películas y puede
mostrarlas. Para mi primera gira, un amigo me preparó imáganes de películas
estadounidenses sobre la guerra de Vietnam. Mostrá fotos o cosas relevantes de
gente o de viajes.
10
Si no podés
actuar, hacé que alguien te entreviste. Si no tenés un entrevistador, imaginate algunas
preguntas que te gustaría que te hicieran y respondelas. Eso es menos aterrador
que dar un discurso. Prepará varias preguntas, apuntalas en tarjetas, miralas
en silencio y luego respondelas al público. Unas cuantas preguntas y ya tendrá una
charla.
11
Los programas de
escritura creativa enseñan a sus estudiantes cómo presentarse. Un único curso.
Por tu cuenta, deberías estudiar videos de buenos escritores que también sean
buenos oradores, como Boyle o Luis Alberto Urrea, que memoriza su trabajo. O
andá a verlos en vivo. Y practicá, practicá, practicá.
12
Por último, llená
el espacio de energía.
Tu nivel de energía será el del lugar donde estés, algo que entineden muy bien
los comediantes. Me veo a mí mismo, salgo y saludo con seguridad y hablo tanto
para los del frente como para los de atrás. Proyectá tu energía, sin importar
el tamaño del lugar o la cantidad de gente. Es difícil cuando hay poca gente,
pero debés seguir. Recuerdo la pasión para escribir, el interés por mis temas y
me recuerod a mí mismo que debo mostrar esa pasión sin importar qué.
P.D.: ¿Ayuda el licor a
una buena actuación o la empeora? Creo que eso depende del escritor y del
resultado: un desastre puede ser muy entretenido. Previendo eso, no tomo antes
de mis lecturas. Pero después tomo como loco.
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