Un mito sobre la devoción Cuando Hades se enamoró de esta muchacha, le construyó un duplicado de la tierra. Todo igual, hasta un prado, pero con una cama. Todo igual, incluso el sol, porque sería difícil para una joven ir de la luz a la completa oscuridad. Paso a paso, pensó, le ofrecería la noche, primero como sombras de hojas agitadas. Luego la luna, las estrellas. Después ninguna. Que Perséfone se acostumbre poco a poco. Al final, pensó, se sentirá a gusto. Una réplica de la tierra, excepto que en esta había amor. ¿No todos quieren amor? Esperó muchos años, construyendo un mundo, observando a Perséfone en el prado. Perséfone, la que olfatea y prueba, si tenés un apetito, pensó, los tenés todos. ¿No quiere todo mundo sentir en la noche el cuerpo amado —estrella polar, brújula—, escuchar el suave aliento que dice “estoy vivo”, que también significa que estás vivo, porque me oís y estás aquí conmigo. Y cuando uno se
Comentarios
De paso, aprovechamos para invitar a todos a participar de La Escafandra.
Jeje, Welcome back.
Álex: we live in the blogtrix.
"Are you talking to me? Are you talking to me?"
Saludos a ambos y gracias por pasar.
Pero esta vez me "sacaste el menudos"!!!!
Querido compañero, me parece una de esas inciativas sinceras, ojalá imitables, y cuyas consecuencias producirán el mareo inevitable de saber que hay un océano de propuestas...
Que buena nota y seguiré las recomendaciones indicadas...
Un abrazo y en hora buena por el retorno...
Me alegro de que te guste la idea. Ojalá resulte realmente.
Saludos y gracias por pasar.
Besos
Lydia Raquel Pistagnesi