Un mito sobre la devoción Cuando Hades se enamoró de esta muchacha, le construyó un duplicado de la tierra. Todo igual, hasta un prado, pero con una cama. Todo igual, incluso el sol, porque sería difícil para una joven ir de la luz a la completa oscuridad. Paso a paso, pensó, le ofrecería la noche, primero como sombras de hojas agitadas. Luego la luna, las estrellas. Después ninguna. Que Perséfone se acostumbre poco a poco. Al final, pensó, se sentirá a gusto. Una réplica de la tierra, excepto que en esta había amor. ¿No todos quieren amor? Esperó muchos años, construyendo un mundo, observando a Perséfone en el prado. Perséfone, la que olfatea y prueba, si tenés un apetito, pensó, los tenés todos. ¿No quiere todo mundo sentir en la noche el cuerpo amado —estrella polar, brújula—, escuchar el suave aliento que dice “estoy vivo”, que también significa que estás vivo, porque me oís y estás aquí conmigo. Y cuando uno se
Comentarios
Saludos y gracias por pasar.
Nota aclaratoria: me piden los responsables de la revista que indique que la imagen que he puesto no tiene nada que ver con sus intereses.
Por breve, va a parecer grosera.
En su caso, que publica su material en un blog, ¿Cómo evita usted un plagio? Porque supongo que debe ser un riesgo, llamémosle, constante.
Para empezar, este blog está protegido por una licencia de Creative Commons. Sinceramente, no sé que tan efectiva sea, pero se supone que debe funcionar.
Parte del material, ya ha sido publicado, sea en formato de libro o de revista, por lo que el plagiador se vería en un problema legal con las editoriales correspondientes.
En cuanto al material inédito, está en el registro de la propiedad.
Y en todo caso, nunca he creído que nadie tenga interés en firmar mis textos con su nombre.
Saludos y gracias por pasar.
Gracias por tu visita.