Un mito sobre la devoción Cuando Hades se enamoró de esta muchacha, le construyó un duplicado de la tierra. Todo igual, hasta un prado, pero con una cama. Todo igual, incluso el sol, porque sería difícil para una joven ir de la luz a la completa oscuridad. Paso a paso, pensó, le ofrecería la noche, primero como sombras de hojas agitadas. Luego la luna, las estrellas. Después ninguna. Que Perséfone se acostumbre poco a poco. Al final, pensó, se sentirá a gusto. Una réplica de la tierra, excepto que en esta había amor. ¿No todos quieren amor? Esperó muchos años, construyendo un mundo, observando a Perséfone en el prado. Perséfone, la que olfatea y prueba, si tenés un apetito, pensó, los tenés todos. ¿No quiere todo mundo sentir en la noche el cuerpo amado —estrella polar, brújula—, escuchar el suave aliento que dice “estoy vivo”, que también significa que estás vivo, porque me oís y estás aquí conmigo. Y cuando uno se
Blog "gluten-free" de Gustavo Solórzano-Alfaro
Comentarios
Te dejo un beso.:-)
y todo empeora
Adrianina: así es, el dicho popular parece cumplirse, pero como le decía Sentenciero, es un tema con múltiples aristas.
Alexánder: así será mientras el caso no sea sobreseído, o haya objeciones o apelaciones.
Puta: sí, me he dado cuenta de la situación, pero no menos angustiante puede resultar en Ticolandia.
Saludos a todos y gracias por comentar.