Un mito sobre la devoción Cuando Hades se enamoró de esta muchacha, le construyó un duplicado de la tierra. Todo igual, hasta un prado, pero con una cama. Todo igual, incluso el sol, porque sería difícil para una joven ir de la luz a la completa oscuridad. Paso a paso, pensó, le ofrecería la noche, primero como sombras de hojas agitadas. Luego la luna, las estrellas. Después ninguna. Que Perséfone se acostumbre poco a poco. Al final, pensó, se sentirá a gusto. Una réplica de la tierra, excepto que en esta había amor. ¿No todos quieren amor? Esperó muchos años, construyendo un mundo, observando a Perséfone en el prado. Perséfone, la que olfatea y prueba, si tenés un apetito, pensó, los tenés todos. ¿No quiere todo mundo sentir en la noche el cuerpo amado —estrella polar, brújula—, escuchar el suave aliento que dice “estoy vivo”, que también significa que estás vivo, porque me oís y estás aquí conmigo. Y cuando uno se
Comentarios
Julia: así fue. Para mí, el punto alto de la noche. Lástima que el sitio no se preste, en lo absoluto, para un concierto de esta naturaleza.
Saludos y gracias por la visita.
No hay por qué sonrojarse. Es la música, es la vida, es Fito, que por lo visto los visitó por allá. "Me gusta estar al lado del camino"
Pues sí, de vez en cuando me quito la máscara cínica y me entra la nota optimsta.
En el caso de Obama, o de una mujer al frente, es más lo que se podría lograr en términos del imaginario que por dichas figuras en sí mismas.
Particularmente, el asunto racial no me convence. A fin de cuentas, Obama ha sido educado en la tradición blanca, patriarcal, capitalista, occidental; así que ya vamos viendo. En ese sentido, hubiese visto más posibilidades en la Clinton (aún con el mismo tipo de educación), pues como vos bien decís, sería imposible que alguien lo hiciera peor que Bush, por ejemplo.